Entre la desnudez me miras, en cambio yo intento asimilar la intensa euforia que me hace sudar todo el cuerpo. Tiras tu cuerpo sobre el mío, buscas mi rostro, mis ojos y todo lo que había logrado hasta el momento desaparece, me arruinas, me elevas, me seduces, me atrapas y permanezco. Descubres fácilmente mis debilidades, ignorando que mi única debilidad lo eres tú en tu totalidad. Juegas conmigo para alimentar tu ego y mientras tanto yo te sigo ingenuamente muy consciente de la amarga consecuencia.