A veces pienso que las emociones son una pérdida de tiempo. Las decepciones son inevitables, tarde que temprano llegarán y no lo vas a poder evitar. Te crees bien experta por que te conoces y crees conocer la gente. Te permites querer una y otra vez con la ilusa esperanza de que alguien va a ser lo suficiente valiente para reconocer sus sombras y no querer hacerte daño pero te equivocas otra vez.
Las emociones son una cosa bien complicada… Veras hoy puede que te quieran y mañana no… Asi son las emociones, cambian. El detalle está en que en ti nunca cambian.
Patéticos son esos sueños donde te permites volar y te estrellas contra el piso. ¿Porqué lo continuas haciendo? Es como un mal hábito.
Reflexionando sobre esto he pensado que quiero apagar mis emociones. En mi corta vida he sentido tanto que mi alma ha envejecido… He vivido las etapas que aún no me pertenecían.
¿Que me queda?
Un par de sombras que no hacen más que joderme la existencia con recuerdos que perforan mis cicatrices.
Me he cansado mucho, siento fatiga en el pecho.
Ahora solo quiero respirar en silencio, en un lugar donde nadie me encuentre para apagar mis emociones y reconstruir lo que tanto me han destruido.
©C. Feliciano-Avilés, 2015
Pedazos de miel en jaula 
Como ser humano es prácticamente imposible deshacerse de las emociones. Tarde o temprano volverán a ti, como el día y la noche, como las estaciones, como las olas, todo es como un bucle del que nada ni nadie puede escapar a no ser que nos dejemos autoengañar. Es mi humilde opinión.
Un saludo desde la sombra…
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