Me quedo hipnotizada, con la mirada perdida en el horizonte y en cambio tú, te dedicas a buscar una mirada en mí que alimente tu esperanza. Cada vez que lo intentas, chocas con la misma piedra fría, seca y áspera que se pinta de mis fragmentos.
¿No te das cuenta?
¿Porqué pernoctas donde no hay mañana?
Mientras más te acerques, más me pierdo de mí. Tus caricias despiertan mis recuerdos, esos que susurran su nombre cuando nadie escucha. Intentas convencerme de cuanto me quieres y me transporto a la guerra interna que batallo cada día para no pensarlo. Me llamas por mi nombre intentando llamar mi atención. Te miro pero no te pienso. Te sigo mirando, en secreto deseando que fuese él quien estuviese delante de mí.
©C. Feliciano-Avilés, 2018
Muy sugerente e intimista. Me ha gustado. Te haría, sin embargo, un par de observaciones sobre el texto: 1.- La interrogativa es: «¿Por qué pernoctas…?» 2.- Sustituiría el «mientras más…» por «cuanto más…» Por lo demás, ¡perfecto!
¡Salud!
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Gracias por las sugerencias! un saludo 🙂
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