Llévame a la noche que nos conocimos, al suspiro inquieto.
Llévame a nuestro primer beso, el que contó nuestros profundos secretos.
Llévame a la sonrisa genuina que desplegaba nuestra euforia por toda la piel.
Llévame a las estrellas que pintaron nuestros anhelos en el cielo oscuro.
Llévame al momento, sólo por un segundo,
al que te vi por última vez.
©C. Feliciano-Avilés, 2020