Tanto que decir…

Se disipan en el viento, como polvo del desierto.

Se esconden en el pavimento mojado y húmedo de tardes lluviosas.

Descansan en lágrimas silenciosas y labios sellados.

Llegan como olas y desaparecen como tornados.

Se pintan en el rostro del espejo…

Y a veces….

Sólo a veces,

dicen.

C. Feliciano-Aviles, 2020

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