
Eres el retrato por el cual contemplo mi existencia a cada momento.
Tu simplicidad apacigua los ciclones de letras que forman mis pensamientos más oscuros.
Encuentro redención en tus labios fríos de invierno y calor en tus abrazos de verano.
Me invitas a apreciar la desnudes de campos durante el alba, así como el melodrama de las noches estrelladas.
Sin ti no me encuentro, contigo me pierdo en los angostos trayectos de mí.
Y vivo.
Vivo otra vez.
©C. Feliciano-Avilés, 2020