
La noche brilla por su silencio… por la briza helada y sumisa que se desplaza por cortas rendijas. Se escuchan a lo lejos, carcajadas de adolescentes, escondidas entre los que sueñan. Sin embargo hay unos pocos desvelados, que pasan las horas imaginando que alcanzan lo que tanto anhelan. Cierta comodidad encontramos en la oscuridad, y nos vulnerabilizamos, permitiendo entrar todo lo que siempre estuvo, lo que siempre fue y será… Entonces, te veo.
©C. Feliciano-Avilés, 2017
hermoso sutil
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